Un
planeta es, según la
definición adoptada por la
Unión Astronómica Internacional, un
cuerpo celeste que:
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- Orbita alrededor de una estrella o remanente de ella.
- Tiene suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de manera que asuma una forma en equilibrio hidrostático (prácticamente esférica).
- Ha limpiado la vecindad de su órbita de planetesimales, o lo que es lo mismo tiene dominancia orbital.
- No emite una luz propia.
Según la definición, el
Sistema Solar consta de ocho planetas:
Mercurio,
Venus,
Tierra,
Marte,
Júpiter,
Saturno,
Urano y
Neptuno. En cambio
Plutón, que hasta 2006 se consideraba un planeta, ha pasado a clasificarse como
planeta enano, junto a
Ceres, también considerado planeta durante algún tiempo, ya que era un referente en la
ley de Titius-Bode, y más recientemente considerado como
asteroide, y
Eris, un objeto transneptuniano similar a Plutón. Ciertamente, desde los
años setenta
existía un amplio debate sobre el concepto de planeta a la luz de los
nuevos datos referentes al tamaño de Plutón (menor de lo calculado en un
principio), un debate que aumentó en los años siguientes al descubrirse
nuevos objetos que podían tener tamaños similares. De esta manera, esta
nueva definición de planeta introduce el concepto de planeta enano, que
incluye a
Ceres,
Plutón,
Haumea,
Sedna,
Makemake y
Eris; y tiene la diferencia de definición en (3), ya que no ha despejado la zona local de su órbita y no es un
satélite de otro cuerpo.
Los cuerpos que giran en torno a otras estrellas se denominan generalmente planetas extrasolares o
exoplanetas.
Las condiciones que han de cumplir para ser considerados como tales son
las mismas que señala la definición de planeta para el Sistema Solar,
si bien giran en torno a sus respectivas estrellas. Incluyen además una
condición más en cuanto al límite superior de su tamaño, que no ha de
exceder las 13 masas jovianas y que constituye el umbral de
masa que impide la
fusión nuclear de
deuterio.
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